Cuando una persona, por el exceso de orgullo pierde la dimensión correcta de su lugar en la sociedad, cuando se llega a creer que se merece más privilegios de los que en verdad se tiene, cuando se pretende ejercer derechos que se cree tener por la importancia que se atribuye a sí misma basándose en una autoimagen inflada por la vanidad y una errónea percepción de la realidad, corre el peligro de padecer de ARROGANCIA.
Cuidado…. Es la puerta de entrada a la soledad.
Cuidado Con La Arrogancia
Que gran lección... y es la realidad. La arrogancia no deja a veces seguir adelante, se duermen en sus laureles, creyendo merecer todo sin dar. Besos Martha.
ResponderEliminarHola querida Martha, que gusto tenerte por aquí, compartiendo un texto que me parece relevante para invitarnos a retomar la sencillez, que suele ser "sutilmente elegante" dejando de lado aquello que puede separarnos de los seres que mas queremos por aferrarnos a posturas radicales y pretenciosas.
ResponderEliminarGracias por dejarme tu comentario.
Menos mal que no todos los jóvenes de esta generación son tan arrogantes como el de la narración, pero también es verdad que se está perdiendo el aprecio a la sabiduría y experiencias de los mayores, ya no solo de viejos o ancianos, sino en muchos casos se les aparta los puestos de trabajo cuando tienen cierta edad (la mejor edad) reemplazándolos por jóvenes sin experiencia pero mas ¿económicos?
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón José, el arrogante es una persona que piensa que "La tierra esta bajo sus pies, sin darse cuenta que la verdad es... que el es quien esta sobre la tierra"
ResponderEliminarGracias por tu comentario, vuelve pronto!