Esta es una sincera y honesta reflexión que me envió una muy querida amiga, acompañada por cierto de una bonita presentación que podrán disfrutar al final; por considerarla importante es que la comparto en este espacio con todos mis lectores, y aunque se basa en una experiencia que sucedió en Monterrey bien puede aplicarse a cualquier lugar del mundo.
Hoy muy temprano (7:30 a.m.), circulando por una avenida muy transitada para ir al súper en plena hora pico, vi como un carro delante de mi se mal estaciono bajando de él una señora que con un baso de hielo seco y bolsa en mano se empezó a robar (no se le puede llamar de otra forma) arena de un montón que estaba fuera de un negocio (el que el negocio estuviera cerrado no significaba que la arena no tuviera dueño), y me pregunte a mi misma…
...¿Como es posible tanta desvergüenza? , y nos quejamos del Monterrey que tenemos, si gente como ésta se atreve a robar a plena luz del día y frente a la mirada de por lo menos 10 personas más que esperábamos el cambio de luz en el semáforo.
… ¿Ese es el ejemplo que le estamos dando a nuestros niños y jóvenes?; cuando los chicos van al colegio se les dicen que sean buenos ciudadanos… y hay quien, en su cara, se atreve a tomar lo que no es suyo, además de estorbar a los que si hacemos fila para pasar la entrecalle en su momento.
Me enoje tanto que pensé en voz alta, tan alta que el marido (piloto) o quien fuera manejando subió el vidrio despistadamente por que mis pensamientos se oían como a 20 metros a la redonda... ¿Y así queremos que cambie la situación?????. La mujer se subió a su carro y él arranco sin ver que casi le pega a mi camioneta, lo que tome como excusa para decirles unas cuantas frescas que bien se merecían.
Después de esa experiencia, ya mas tranquila entre las frutas y verduras del supermercado, me prometí a mi misma ser mejor ciudadana, reflexione en que debo poner de mi parte para promover un cambio y que es muy importante que empiece por mi y mi familia, que no debo permitir esas cosas que parecen insignificantes que antes dejaba pasar de largo, que si todos tratamos de ser un poco mejores y no damos tolerancia a esos pequeños delitos esto se compondrá poco a poco.
Por favor, seamos ejemplo para las nuevas generaciones, hay que respetarnos, ser mas amables, no delinquir (en ninguna de sus modalidades).......... Por que no se ustedes pero yo, estoy muy, muy orgullosa de ser de MONTERREY y quiero rescatar mi cuidad y mi gente buena y honesta.
Tanta belleza no se puede perder por unos cuantos, tomemos la iniciativa cada uno de nosotros, pongamos nuestro granito de arena, formemos con responsabilidad mejor a las nuevas generaciones, que Dios los bendiga y que tengan un excelente día¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Monterrey... tan lindo e industrioso, que injusto lo que sucede y lo mal que hace esa gente, tienes toda la razón en lo que dices, con el ejemplo se educa. Abrazos Martha.
ResponderEliminarMarthita, a veces ante estas cosas, dan ganas de #%&##%&... ¿No te ha pasado alguna vez?
ResponderEliminarSaludos amiga mía y gracias por estar por aquí.
Me gusta mucho el texto que nos ofreces, bellamente escrito, poético, con profundas raíces que otorga el agradecimiento de corazón. Considero que desde ahí se crece, se danza y uno puede ser libre de verdad.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Abrazos,
Manipulador de alimento, que gusto volver a recibir un comentario tuyo, gracias por visitarme blog e interesarte en mis notas. Espero que vuelvas pronto.
ResponderEliminarLeí lo escrito desde Monterrey y efectivamente, lo sucedido se traslada a cualquier lugar. De acuerdo que la mejor manera de fomentar civismo y buen comportamiento, es con el ejemplo.
ResponderEliminarSaludos querida Bertha, estamos de acuerdo, que triste que muchas veces los adultos nos olvidamos de que somos observados por los jóvenes y niños que nos rodean y después nos quejamos del porque actúan de una u otra manera.
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