Este fin de semana me sentí un poco melancólica, será que recién paso el "Día del Padre" (En México se celebra el tercer domingo del mes de junio), y solo por el gusto de recordar tiempos pasados, me puse a revisar antiguos álbumes de fotografías y he seleccionado una que quiero compartir con ustedes.
Corresponde una ocasión en la cual toda la familia habíamos ido de paseo a un lugar maravilloso que se conoce como el "Parque Nacional de las Lagunas de Zempoala", palabra que en náhuatl significa muchas lagunas. Este sitio se encuentra entre los límites del estado de México y el estado de Morelos, a menos de una hora de la Ciudad de México, pertenece al corredor ecológico Ajusco-Chichinautzin que es bellísimo y si tienen oportunidad, vale la pena recorrerlo.
Recuerdo que mi mamá siempre preparaba las canastas con abundante comida, fruta y los refrescos que no podían faltar, teníamos un pequeño perro pequinés al que llamábamos "El Cachito" y que acostumbraba acompañarnos en todos los paseos.
Los seis hermanos junto con algunos amigos invitados, solíamos jugar y correr por todas partes, en este caso bajo la advertencia de que no nos aproximáramos mucho al lago, pues podría ser fácil caer en algún área de fango o peligrosa.
Mi papá se quedaba recostado junto a mi madre para descansar y vernos jugar, pero en esta ocasión, quizás observando que mi curiosidad de niña me estaba llevando demasiado cerca del lago me alcanzo, y tomándome de la mano con ternura paternal me dijo: Te voy a enseñar a lanzar piedrecitas en el agua.
Desde entonces, siempre que tengo la oportunidad disfruto hacerlo, aunque no son muy frecuentes, encuentro fascinante contemplar las ondas que se forman cuando se lanzan esas pequeñas piedras hacia la superficie del agua, y en medio de las imágenes que se reflejan y se distorsionan en al agua, aparece en mis recuerdos la figura de mi padre, siempre pendiente, siempre cuidándome.
De casualidad entre en tu blog y me gusto... desde hoy soy tu seguidora, de donde eres ? yo soy de Guadalajara, y estoy haciendo mis pininos en los mios. Un abrazo Martha.
ResponderEliminarBienvenida Martha, soy de México y vivo en una de las playas más hermosas del mundo, Acapulco, aunque por las actividades de mi esposo con frecuencia paso temporadas en distintos estados de la República Mexicana.
ResponderEliminarQue bonito lo de las piedrecitas, sigo leyendo tu blog y me sigue encantando, ya te puse comentario en otro post tuyo y no te puse el nombre, me llamo Isabel y mi blog se llama 2hay vida despues de los 50 y de los sesenta!!!!1 espero lo encuentres y asi me podrás conocer un poquito mejor. Un abrazo
ResponderEliminarHola Isabel, que gusto que estés aquí, intente localizar tu blog y dejar un comentario en él, pero me pide que me inscriba y llene un formulario un poco complicado, así que por el momento solo te dejo un saludo por aquí y te invito a contactarme por email, quizás tenemos mucho que compartir.
ResponderEliminar¡Ah! y no dejes de leer esta nota: Crear un Blog es Fácil y Divertido!
Grato lo que has compartido.
ResponderEliminarEl pasado es bienvenido cuano trae buenos momentos vividos.
Cariños
Gracias Abuela Cyber, me encantan tus visitas, me gusta sentirte cerca.
ResponderEliminarMuy bonito :-) Yo vivi muchos años en la zona lacustre de la Patagonia, y allá le llamamos "hacer patitos" al juego de tirar piedrecitas planas con mucha fuerza, lo más paralelo al agua posible, y ver cuántos rebotes puede hacer la piedra antes de hundirse. Quien logra más rebotes, gana :-)
ResponderEliminarSaludos Adrian, imagino que fueron tiempos muy divertidos, y tendrás muchos recuerdos agradables de ese lugar, gracias por compartir.
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