La naturaleza suele entablar una dura "batalla" contra las bolsas de plástico, y por lo general la pierde, pues han de pasar 150 años para hacerlas desaparecer.
Los vasos
desechables 10 años, los de polipropileno contaminan menos que los de
poliestireno -material de las cajitas transparentes de huevos-. Pero también
tardan en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas,
invisibles pero siempre presentes. Y son 1000 años, el tiempo que tardan en
desaparecer las pilas.
De verdad que es
para pensarse
¿Que estamos
haciendo al consumir tantas cosas desechables?
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y entérate de lo que tardan en degradarse algunos de los principales productos
contaminantes de uso común.
1 año: El papel,
compuesto básicamente por celulosa, no le da mayores problemas a la naturaleza
para integrar sus componentes al suelo. Si queda tirado sobre tierra y le toca
un invierno lluvioso, no tarda en degradarse. Lo ideal, de todos modos, es reciclarlo
para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación
5 años: Un trozo de
chicle masticado se convierte en ese tiempo, por acción del oxígeno, en un
material duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. El chicle
es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes
y colorantes. Degradado, casi no deja rastros
10 años: Ese es el
tiempo que tarda la naturaleza en transformar una lata de gaseosa o de cerveza
al estado de óxido de hierro. Por lo general, las latas tienen 210 micrones de
espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie, hacen falta
mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra totalmente.
10 años: Los vasos
desechables de polipropileno contaminan menos que los de poliestireno -material
de las cajitas de huevos-. Pero también tardan en transformarse. El plástico
queda reducido a moléculas sintéticas, invisibles pero siempre presentes.
30 años: Los envases
tetra-brik no son tan tóxicos como uno imagina. En realidad, el 75 % de su
estructura es de la celulosa, el 20 de polietileno puro de baja densidad y el 5
por ciento de aluminio. Lo que tarda más en degradarse es el aluminio. La celulosa,
si está al aire libre, desaparece en poco más de 1 año.
30 años: Lacas y
espumas son algunos de los elementos más polémicos de los desechos
domiciliarios. Primero porque al ser un aerosol, salvo especificación
contraria, ya es un agente contaminante por sus CFC (clorofluorocarbonos) Por
lo demás, su estructura metálica lo hace resistente a la degradación natural.
El primer paso es la oxidación.
30 años: La aleación
metálica que forma las tapitas de botellas puede parecer candidata a una
degradación rápida porque tiene poco espesor. Pero no es así. Primero se oxidan
y poco a poco su parte de acero va perdiendo resistencia hasta dispersarse.
100 años: De acero y
plástico, los encendedores desechables se toman su tiempo para convertirse en
otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, recién comienza a dañarse y
enmohecerse levemente después de 10 años. El plástico, en ese tiempo, ni pierde
el color. Sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan. La
mayoría tiene mercurio, pero otros también pueden tener zinc, cromo, arsénico,
plomo o cadmio. Pueden empezar a separarse luego de 50 años al aire libre. Pero
se las ingenian para permanecer como agentes nocivos.
100 a 1.000 años:
Las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al
aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas,
duran más. La mayoría está hecha de tereftalato de polietileno (PET), un
material duro de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.
Más de 100 años: Los
corchos de plástico están hechos de polipropileno, el mismo material de los
popotes y envases de yogurth. Se puede reciclar más fácil que las botellas de
agua mineral (que son de PVC, cloruro de polivinilo) y las que son de PET (tereftalato
de polietileno)
150 años: Las bolsas
de plástico, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido
que una botella de ese material. Las bolsitas, en realidad, están hechas de
polietileno de baja densidad. La naturaleza suele entablar una "batalla"
dura contra ese elemento. Y, por lo general, pierde.
200 años: Las
zapatillas están compuestas por cuero, tela, goma y, en algunos casos, espumas
sintéticas. Por eso tienen varias etapas de degradación. Lo primero que
desaparece son las partes de tela o cuero. Su interior no puede ser degradado:
sólo se reduce.
300 años: La mayoría
de las muñecas articuladas son de plástico, de los que más tardan en
desintegrarse. Los rayos ultravioletas del sol sólo logran dividirlo en
moléculas pequeñas. Ese proceso puede durar cientos de años, pero desaparecen
de la faz de la Tierra.
Más de 1.000 años:
Tiempo que tardan en desaparecer las pilas.
4.000 años: La
botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente.
Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los
componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Formada
por arena y carbonatos de sodio y de calcio, es reciclable en un 100%.
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